La Vida Oculta de los Peces

“Incluso encajonado en una gruta hay que pagar un precio” . Esa es la frase que sirve de pórtico a este conjunto de relatos. Está recogida de la novela Molloy, del gran escritor Samuel Beckett. Nos sirve de anuncio anticipatorio de lo que encontraremos si atravesamos el umbral de entrada a este libro.

 

Una escritura tensada; pero que también deja margen para la prosa lírica, el humor y la ironía. Textos pensados para incomodar, para perturbar, para no habitar lugares complacientes. Este libro bucea en lo accesible,en la épica de lo cotidiano.

 

Trasegaremos por el claro-oscuro, por las “grietas” de la realidad en las que no hay cobijo. La autora, en esta ocasión, se sirve de personajes descubiertos en sus habitáculos cotidianos (casas, apartamentos, comunidades de vecindad),
en sus esferas íntimas.

 

Esas pequeñas violencias sutiles, que apenas rozan; pero que repetidas conforman heridas profundas, sin retorno. Personajes que quizás tan solo sean uno, travestido de diferentes formas y disfraces, ahondarán en su presente, pero también en su pasado. Se replantearán lo que les quedó por explicar, como en el último cuento del libro. Deambularán por su *realidad líquida como peces en una pecera. Cercanos, pero incapaces de saber quién es el otro realmente; embutidos todos en su disfraz cotidiano. Sin poder contestar con certeza a la pregunta de uno de los personajes del cuento que da nombre a este libro; si, de verdad, han conseguido ser felices.

 

* Término acuñado por el sociólogo Bauman